Novedades INVAP
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Bienvenido sea todo lo que incentive el desarrollo teconológico, la industria nacional y en especial a INVAP, pero estas excepciones y asimetrías con otras industrias me preocupa, no lo veo con buenos ojos, siempre se prestan para corruptelas y manganetas. Además desde afuera te van a acusar de proteccionismo, te arriesgás a sanciones, en fin... Dejen a INVAP como está que así anda muy bien, la verdad espero equivocarme pero no me parece buena idea.
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Argentina firmará acuerdo por venta de dos reactores nucleares de INVAP a China
Se calcula un valor de U$S400 millones cada uno. Representa un gran avance en el desarrollo de este tipo de tecnología aplicada a la medicina.
En el marco de la visita del presidente Alberto Fernández a China, Argentina acelera en su estrategia de fabricación y venta de tecnología nuclear al país asiático. De este modo, Ias negociaciones para suministrar dos reactores para radioisótopos medicinales están muy avanzadas, según fuentes oficiales.
Esta estrategia conjunta con INVAP y el Ministerio de Ciencia y Tecnología, tiene como objetivo potenciar el desarrollo de tecnología nuclear en el país y exportar al mundo el trabajo nacional.
Durante la semana, en vísperas de la gira diplomática de Alberto Fernández por Rusia y China, el embajador argentino en el país asiático, Sabino Vaca Narvaja, confirmó los avances en el intercambio de tecnología nuclear con ese país.
“Se está muy avanzado con Invap para poder venderle a China dos reactores para radioisótopos medicinales como el que se vendió a Australia”, había afirmado Vaca Narvaja.
Invap, la empresa argentina que desarrolla tecnología nuclear y aeroespacial, tiene su sede central en la provincia de Río Negro. Justamente Arabela Carreras, gobernadora rionegrina, está al frente de este proceso, para potenciar el trabajo nacional en materia de ciencia y tecnología.
Exporta reactores nucleares de baja potencia, para fabricación de radioisótopos y otras investigaciones asociadas, desde hace dos décadas.
“China importa el 86% de los radioisótopos medicinales que se usan para medicina nuclear. Se va a firmar un acuerdo durante la visita del presidente. El impacto es muy fuerte, se calculan unos 400 millones de dólares cada reactor”, dijo Vaca Narvaja al medio DiarioAr.
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Comienzan a dar forma al nuevo satélite Arsat-3 que construirá INVAP
15 febrero 2022, 05:50
El satélite Arsat Segunda Generación (SG1) que diseña la empresa estatal rionegrina INVAP a pedido de ARSAT, superó el llamado «cierre de la revisión de los requerimientos del satélite» (SRR CO por las siglas del inglés satellite requirements reviews close out)
Ahora comienza una segunda etapa del diseño. Este satélite muestra un cambio crespecto de las versiones anteriores, ArSat 1 y 2: no tendrá combustible en su carga sino que funcionará con energía solar. La inversión total es de 253 millones de dólares.
Esta etapa se cumplió «durante los días 31 de enero y 1 de febrero conforme al cronograma establecido», informó la empresa Arsat, dueña de los dos satélites que llevan ese mismo nombre y que orbitan desde hace años a más de 36.000 kilómetros de la Tierra de manera geoestacionaria. Sus servicios son las comunicaciones.
«Con esta revisión se concretó un avance importante con la finalización de la consolidación de los requerimientos de la misión a nivel sistema y subsistema del satélite, que contará con propulsión eléctrica y alta capacidad de comunicaciones. Estos mismos definen la característica del satélite y la performance, para cumplir las especificaciones necesarias para dar servicios a los clientes de Arsat», informó la empresa.
«Debido a las condiciones sanitarias de público conocimiento, este hito se realizó de forma mixta, presencial en la sede de Invap y virtual por videoconferencia entre más de 100 ingenieros, especialistas, autoridades y consultores de las diferentes partes que trabajan en el proyecto», se explicó.
El Arsat-SG1 «estará destinado a brindar banda ancha satelital de alta calidad en sitios rurales con cobertura total en la Argentina y parcial en países limítrofes».
Observaciones extensas de AgendAR:
El dato de la propulsión «full electric» (a través de paneles solares) del nuevo satélite merece más que una mirada al paso.Ante todo: de haberse no haberse ignorado en 2016 la ley satelital 27.208/15, deberíamos estar construyendo un nuevo ARSAT cada 2 años desde 2015. En ese mundo ideal donde las leyes valen más que los decretos, en 2021 habríamos empezado a construir el ARSAT 5 en lugar del 3… y habríamos hecho una transición lenta y gradual desde la propulsión 100% química de los satélites 1 y 2 a la mixta de los satélites 3 y 4.
La interrupción de la serie obligó a Argentina a saltar directamente al punto de llegada previsto para 2021, un satélite liviano con todos sus motores eléctricos. Eso implica el motor principal, o de apogeo, que lleva al satélite en sucesivos giros desde donde lo dejó el cohete satelizador, una órbita excéntrica de hipogeo, hasta una órbita perfectamente circular y muy alta, de 57.786 km. sobre un punto fijo del cinturón ecuatorial.
Como parecen fijos en un punto del cielo, y eso para que las antenas emisoras y receptoras terrestres no deban seguir su trayectoria, estos satélites se llaman geoestacionarios. Y por la importancia y duración descomunales de la maniobra de apogeo, que no siempre sale bien, en realidad son más espacionaves que satélites.
Pero la denominación «full electric» para un satélite geo implica también los otros motores, los diminutos «thrusters» de apuntamiento y mantenimiento de posición orbital.
Los ARSAT 3 y 4, en un país donde una mafia pestilencial de políticos y de empresas satelitales estadounidenses y españolas no logra que una ley nacional aprobada promulgada quede pintada en la pared, habrían sido mixtos. Esto significa que hubieran tenido un cohete químico de lo más convencional, con propelentes líquidos, como motor principal, y thrusters eléctricos más experimentales para «la motricidad fina».
La rugosa realidad, como decía Rimbaud, nos hizo saltar del ARSAT 2 al 5, y éste que va tomando contorno en la sala limpia de la constructora-diseñadora INVAP, ahora tiene el nombre de 3. Pero es el 5. Los otros, sencillamente no se construyeron. Por magia del entonces Ministro de Telecomunicaciones, Dr. Oscar Aguad, fueron sustituídos por 26 satélites extranjeros con derechos de servicio unilaterales y por ende ilegales: ellos pueden cobrarle a la Argentina, pero no viceversa.
Increíblemente, INVAP logró sobrevivir a esta cancelación: tenía metida en la construcción de los ARSAT la mitad del capital humano y monetario de la empresa. Pero logró sobrevivir con ayuda del estado. Del estado holandés, que en 2018 le otorgó por fin (y por segunda vez) el triunfo en la mayor licitación de un reactor nuclear de irradiación, el reemplazo del Pallas, en Petten. El estado argentino, tras mucho escándalo de prensa, consintió en pagarle a INVAP años de deuda por suministro de radares militares, de aeronavegación y meteorológicos.
El resultado tecnológico de esta historia política más bien lamentable es un satélite que pesa la mitad que los dos primeros ARSAT (cuya masa andaba por las 3 toneladas cada uno), sencillamente porque éste no carga con 1,7 toneladas de propelentes líquidos. Sólo usará unas decenas de kilos de algún gas noble, probablemente argón. La idea del motor eléctrico es simple: con electricidad solar de las placas fotovoltaicas, se ionizan átomos de argón y se los expele.
Con los motores eléctricos no hay llamas de combustión oxidante, ni esa aceleración poderosa y brutal de los cohetes químicos. Pero la escasa fuerza de un motor eléctrico en un medio de alto vacío, sin resistencia aerodinámica, y con una fuerza gravitatoria muy disminuída, logra cosas sensacionales, Por ejemplo, para el motor de apogeo, llevar un satélite desde 1500 km. de altura a casi 36.000 para estacionarlo ahí.
Y para los thrusters, luego de estacionado el satélite en su posición de trabajo, dejarlo fijo ahí, en un punto del cielo y bien apuntado hacia sus antenas terrestres. Y eso los thrusters lo logran haciendo mínimas correcciones toda vez que las fuerzas aleatorias de la gravedad lunar, la del sol, y la presión de las partículas del viento solar tratan de sacar al satélite de su posición y apuntamiento.
Es una larga lucha contra esas fuerzas cósmicas que debe durar al menos 15 años. Que coinciden con el período de degradación programada del satélite debido a los daños de la radiación solar en su electrónica y placas fotovoltaicas. Todas las partes del satélite deben morir a la vez, por motivos de economía. Su canto del cisne será disparar por última vez el motor de apogeo, con sus últimos suspiros de argón ionizado, para desocupar su lugar en la órbita geoestacionaria, que será llenado por algún sucesor. Con su aliento final, el satélite ascenderá hasta la llamada «órbita cementerio», unos 200 km. más arriba de la geoestacionaria.
El ARSAT 3 debe lograr todo esto con unas decenas de kilos de argón y mucha electricidad, en lugar de 1,7 toneladas de líquidos propelentes. Pero como poner un kilogramo de carga útil a 35.786 km. de altura sobre el ecuador vale fortunas, aprovecha esa economía de peso para tener equipos de comunicaciones más grandotes y potentes, y mayor ancho de banda para vender.
Si los ARSAT 1 Y 2 ganan plata (al menos U$ 30 millones/año cada uno) pese a que la mayor parte de la masa de ambos satélites es combustible, con los motores eléctricos las expectativas de ganancia se vuelven más jugosas. También las de control soberano de la información del estado.
Sí, estamos hablando de espionaje, los satélites geo no sólo transmiten partidos de fútbol y recitales de South of Eden, sino comunicaciones diplomáticas y militares. No por nada nos han querido bajar de la órbita geoestacionaria de un hondazo en más de una ocasión, y diversos y sucesivos gobiernos «USA friendly» lograron que la Argentina perdiera, por falta de ocupación, sus posiciones en ese cinturón hasta quedarse sólo con dos.
Eso de salir a la órbita geo con un satélite tan, pero tan eléctrico, ¿es a riesgo? Sin duda: mayores y más potentes placas fotovoltaicas implican más posibilidades de cortocircuitos durante los equinoccios, cuando los satélites geoestacionarios entran brevemente en eclipse respecto de la luz solar.
Al quedarse brevemente a oscuras, el frío del espacio profundo (casi 270 grados bajo cero) a veces resquebraja las vainas aislantes del cableado. Cuando el satélite sale del cono de sombra terrestre y vuelve a ser iluminado, si hay cables pelados contiguos, los chispazos resultantes pueden quemar una placa. O las dos. Y un satélite sin potencia eléctrica está funcionalmente muerto. Y si además eso le saca el mantenimiento de altura y apuntamiento, se vuelve un objeto a la deriva, peligroso para otros satélites vecinos.
Lo interesante es que, atraído por el éxito técnico de los ARSAT 1 y 2 y los excelentes resultados de INVAP como diseñador-constructor de todos los satélites de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, pintó otro constructor importante, Turkish Aerospace Industries (TAI), sin experiencia geoestacionaria, pero con chequera. TAI se asociará al proyecto argentino para competir por el mercado geoestacionario mundial con los aproximadamente 20 empresas que representan a 7 grandes constructores.
Desde 2014, hemos sido los últimos en sentarse a esa mesa chica, y entre 2016 y 2020 nos robaron la silla y nos sacaron la comida, pero ARSAT e INVAP son un dúo insistente. Y si pinta un socio forrado y ambicioso, bienvenido. Mantendremos ese lugar en la mesa a codazos si hace falta, sustituiremos importaciones de servicios satelitales y ganaremos seguridad, prestigio y plata.
La posición 81o Oeste permite dar servicios a las Tres Américas, desde el Norte canadiense hasta la Península Antártica. Es tan única que es difícil saber su valor. Es como esas viejas mansiones del siglo XIX que sobreviven como embajadas asomadas a la Avda. Libertador, y que son tan valiosas que no tienen precio referencial de mercado. ¿Y quién se quedaba con la posición 81o Oeste si la Argentina no la llenaba a tiempo con el ARSAT 2? El Reino Unido, que la tiene pedida ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones. El único país del mundo con el que tenemos hipótesis de conflicto no deja de complotar un segundo por obtenerla.
¿Esto significa que la interrupción de la serie ARSAT podría lograr que esta posición quede libre para Inglaterra, en 2030, cuando el ARSAT 2 lance su último «cuac»? Puede ser que en 2030 haya tecnologías de telecomunicaciones espaciales superiores a las geoestacionarias, basadas en constelaciones inmensas satélites de órbita baja y muy baja. Pero puede que sigan siendo una tecnología muy de élite.
El apuro en descartar el esfuerzo nacional por ocupar los dos últimos sitios geoestacionarios del país arroja dudas al menos sobre los pergaminos de un ministro que llegó a Telecomunicaciones sin saber cómo se mandaba un Wattsapp, y cuyo paso posterior por Defensa quedó marcado por el hundimiento de nuestro único submarino operativo, el ARA San Juan.
De todos modos, no miren tan fijamente a la pobre reina Isabel, nacida en 1926, cuando los satélites geo no eran ni siquiera un planteo teórico. Quizás es sospechar del monarca equivocado. Los beneficiarios de que la Argentina se caiga de la órbita geoestacionaria son todos los que la explotan, 7 países más que llegaron antes. Y entre ellos, el más activo denostador de los ARSAT 1 y 2 en su prensa ha sido España. El tan progresista diario «El País» en 2014 y 2015 destilaba cianuro contra ARSAT.
Pero además ese reino ha sido el más hábil operador tras bambalinas, y con más agentes en el estado argentino para capturar todo el control posible de las telecomunicaciones sobre el Cono Sur. Tal vez estamos culpando a los Windsor de pecados de los Borbones. ¿Alguien dejó caer el nombre Hispasat?
Lectores, nuestros dos primeros humildes satélites de telecomunicaciones, deliberadamente conservadores en lo tecnológico, dos verdaderos Rastrojeros, pesados y resistentes como primer deber porque no estaba políticamente permitido que fallaran, Y esos aparatos enormes no sólo dan buen servicio y ganan plata: han despertado los odios coloniales de un país al que echamos a patadas del país para poder tener un país, y de paso también de Chile y del Perú. Hasta que un tal Carlos Menem, presidente, los trajo de regreso, o por recidiva, y como patrones de estancia. Esta pulseada por seguir con el programa geoestacionario será larga y llena de puñaladas por la espalda. Como argentinos, sepamos que existe.
TAI es un socio que se las trae. Turquía hoy esta entre los mayores fabricantes mundiales de drones militares y duales. Es un campo en el que el gobierno anterior fue letal: junto con los satélites de ARSAT, eliminó de un plumazo el proyecto SARA (Sistema Robótico Aéreo Argentino), que liderado por INVAP, en 2015 empezaba a ensayar su primer MET, o Modelo de Demostración.
La situación hoy es paradójica: el intento de eliminar a la Argentina del mercado geoestacionario la obliga a volver al mismo mucho más agresivamente, al menos en lo tecnológico. Es como si la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) amaneciera mañana con un nuevo proyecto y un nuevo socio capaces de morderle un trozo del mercado de transporte a la Boeing o Airbus y Bombardier.
Pero amigos, eso no es un delirio: sucedió. En julio de 1990, la entonces llamada Fábrica Militar de Aviones presentó al mundo, en alianza con Embraer de Brasil, el CBA 123 Vector, un avión biturbohélice para 19 pasajeros. Era bellísimo, y alcanzaba casi la velocidad de un jet (596 km/h de máxima, con un techo de 11.000 metros. Pero por su aerodinámica aflechada, sus extraños motores en la cola y con hélices en posición «pusher», y aquellas alas finitas y supercríticas, volaba con menos ruido, a menor costo en combustible y con más seguridad.
CBA son las siglas de «Cooperación Brasil-Argentina», pero como le dirán con naturalidad en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Córdoba, es la abreviación de Córdoba, culeau.
En 1991 y 1992, esta máquina levantó, sobre todo por lo veloz y por su aviónica digital (una novedad enorme), centenares de pedidos de informes en las ferias aeronáuticas de Fairnbourough y Le Bourget. Costaba U$ 5 millones, 1 millón más que la competencia, toscos biturbos que le envidiaban todo: pinta, velocidad y alcance. Respecto de su segmento el CBA era, como se jactaba entonces la propaganda de los televisores Grundig, «caro pero el mejor».
Se necesitaron dos presidentes como Carlos Menem y Fernando Collor de Melo, y un Ministro como Domingo Cavallo para matar y enterrar este proyecto Mercosur, que venía desde 1986 y había costado U$ 300 millones en investigación y desarrollo. Como a Collor de Melo le dieron el raje por un presidente menos vendepatria, Embraer logró aprovechar la espectacular célula y la aviónica del CBA 123: le cambió los motores turboprop por turbofanes comunes y lo relanzó como el ERJ 145, primer peldaño de un camino que llevó a la constructora brasileña a adueñarse en las dos décadas siguientes y con sus gráciles jets, del mercado de cabotaje de la Unión Europea y de EEUU.
En cambio, aquí Menem le vendió la FMA a Lockheed Martin.
Lectores, cuando se puso en órbita el ARSAT-1, esta joven empresa pública se volvió un ícono. Si la gente a cargo del tendido de la Red Federal de Fibra Óptica paraba por combustible con una camioneta con los logotipos de la empresa, y eso sucedía en cualquier estación de servicio del país, los estacioneros dejaban los surtidores y venían a tomarse «selfies» con nuestra gente. Entre los laburantes de ARSAT, los que no nos sentíamos Maradonas nos sentíamos Messis. Pero era todo un país el que estaba haciendo goles.
El ARSAT 3 SG1, amigos lectores, es mucho más de lo que parece. Es una pulseada geopolítica. Y es un renacimiento.
Daniel E. Arias
El «cuarto limpio» de Invap en Bariloche, donde se fabrican los satélites -
No solamente España incumple con la ley de reciprocidad, es decir en Argentina sólo pueden (podrían) dar cobertura satelital aquellos paises que permitan que nosotros lo hagamos a su vez en su territorio. México no permite la cobertura de los ARSAT y sin embargo presta servicios (con un satélite comprado por ahí) sobre Argentina.
No veo ningún juez, ni ningún fiscal que se rasgue la camiseta por eso, tampoco el ENACOM, no sea cosa que los mexicanos o los gallegos se lo tomen a mal, imagínense que feo quedaría, che!!! -
@sam No tenia esa info, mira vos...
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@zonca Lo postié en el foro hace un motón con todos los datos, tendría que buscarlo, ni me acuerdo en que thread.
En Argentina se permitió la operación del satélite EUTELSAT 117WA, de la empresa "Satélites mexicanos S.A" mediante la Res. 850 - E/2016 de fecha 6/10/2016 firmada por el ex Ministro Oscar Aguad, a cambio de la reciprocidad de servicios (como lo indica el Reglamento de Gestión y Servicios Satelitales, Res. N° 3.609 de fecha 19 de febrero de 1999) Sin embargo el gobierno mexicano nunca terminió de autorizar la operción de los ARSAT sobre su territorio (sinceramente debería averiguar el estado de la situación a la fecha, pero no tengo noticias que haya habido algún cambio)
Mucho peor es el caso de España pues por su posicionamiento los ARSAT no tienen cobertura sobre Europa y sería imposible la reciprocidad, salvo que Argentina comprara o colocara algún satélite en una posición sobre Europa (absurdo)
Por lo tanto para salvar el impedimento legal la empresa española Hispasat propietaria de los satélites Amazonas los hace pasar como brasileños a través de la empresa de telefonía "Oi" de Brasil.
En Argentina la empresa Orbith S.A. proveedora de Internet satelital opera toda la capacidad prevista para nuestro país del Amazonas 3, de Hispasat, Orbit, es una empresa del grupo BOLDT que opera casinos, sistemas de apuestas, telecomunicaciones, manejo de grandes volúmentes de datos de tránsito, radares, peajes, etc.
Perdón por el OThttps://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/151889/20161006
https://www.hispasat.com/es/flota-de-satelites/amazonas-3
https://www.orbith.com/es/ -
@SAM Gracias
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Un radar de INVAP para vigilancia y control en Río Grande, Tierra del Fuego
5 marzo 2022, 05:50El ministro de Defensa, Jorge Taiana, junto al gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, anunciaron la instalación de un radar de Vigilancia y Control Aéreo RPA-170M en la ciudad de Río Grande con el objeto de potenciar la capacidad de vigilancia y control del aeroespacio en el Atlántico Sur. Fue desarrollado por INVAP.
El Ministro resaltó que “la instalación de un radar en esta localidad significa mayor control y vigilancia en nuestro territorio. Este radar es parte del plan SINVICA, que se inició en el norte del país y va bajando hacia el sur. Por eso vinimos a la Patagonia, porque nos interesa mucho que este radar esté en Tierra del Fuego, por su posición estratégica en el Mar Austral, en el camino a la Antártida y a las islas”.“Tenemos que lograr una actividad multiplicadora de nuestras capacidades. Queremos que en esta provincia haya una presencia activa de las tres Fuerzas Armadas. Tierra del Fuego es muy conveniente para el desarrollo conjunto de nuestras fuerzas”, destacó el titular castrense en el acto realizado en el Centro Cultural Yaganes de esa ciudad fueguina.
Por su parte, el gobernador Melella subrayó que “hay una preocupación por la seguridad en la provincia, el pueblo de Tierra del Fuego se quiere sentir seguro y la presencia de un radar da esa seguridad. El control aéreo es fundamental, somos una isla y al mismo tiempo compartimos frontera con Chile. Por eso la presencia de este radar es de mucha importancia”
El anuncio se encolumna dentro del Plan de Radarización nacional, que este año contempla, además, la instalación de dos radares RPA200 fabricados por el INVAP, en la ciudad de Tostado, provincia de Santa Fe y en la localidad bonaerense de Mercedes, lo que permitirá reforzar el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVICA).
El despliegue del radar a la localidad fueguina se llevará a cabo a partir de la primera quincena de mayo, lo que representará un hito y un gran avance en la vigilancia y el control aéreo de esta zona estratégica en la región sur de nuestro país.
Acompañaron al ministro en la ceremonia los Jefes del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente General Juan Martín Paleo; de la Fuerza Aérea, brigadier Xavier Isaac; del Estado Mayor General de la Armada, almirante Julio Guardia; del Ejército Argentino general de División Guillermo Olegario Pereda; el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Sergio Rossi; jefe de Gabinete Héctor Mazzei; la subsecretaria de Planeamiento Operativo y Servicio Logístico para la Defensa; Lucia Kersul; la asesora de Ministro, Mariana Llorente; el Presidente de TANDANOR, Miguel Tudino, entre otros invitados especiales civiles y militares.
Características del RPA-170M
El RPA-170M es un radar táctico de defensa aérea 3D de mediano alcance de última generación que opera en banda L/D desarrollado por INVAP.Se trata de un sistema transportable diseñado para el despliegue rápido con mínima dotación de personal y además posee un excelente desempeño en una amplia gama de escenarios operacionales, aún en las condiciones más adversas.
Su despliegue y puesta en funcionamiento se realiza en menos de 30 minutos, con una dotación de dos personas y puede ser operado de manera local, constituyendo en sí mismo un centro de comando, control y comunicaciones completo, o bien de manera remota.
Emplea una antena de tipo phased array, con barrido electrónico en elevación pencil beam, y técnicas digitales tanto para la generación de formas de onda, formación de pinceles y procesamiento de señal.
OBSERVACIONES DE AGENDAR:
En un castellano más normalito que el de recién, la antena es muy moderna.
En lugar de formar un único haz con forma de lóbulo usando una parabólica giratoria como reflector, la antena está formada por una pantalla plana con centenares de pequeños emisores de microondas. Estos se sincronizan entre sí para interferirse entre sí para anularse o potenciarse, de modo que la pantalla plana puede emitir muchos haces finos independientes y altamente móviles, todos con capacidades de iluminar y seguir objetivos distintos, aún si el operador decide detener el giro de la pantalla. Esto es un radar phased array, y algunos pueden seguir decenas de blancos a la vez.
Pero como el radar puede alterar la forma de las ondas de cada «pincel» de radiofrecuencia hasta incluso hacerlas aparecer mero ruido electromagnético ambiental. Esto dismimuye bastante la capacidad enemiga de detectar el radar, o -peor aún- de lanzarle un misil que se monte sobre su emisión hasta destruir la pantalla, y el vehículo con los operadores, si está cerca.
En la Guerra de Malvinas, tras horas de jugar al gato y el ratón con las defensas de la Base Aérea Militar de Puerto Argentino, un bombardero Vulvan británico logró destruir uno de los radares Sky Guard de las baterías antiaéreas Oerlikon de la Base Aérea Militar de Puerto Argentino, y matar a todos los operadores. Esto fue precedido de una enervante hora y media en que el Vulcan se exhibía volando en paralelo a la costa, pero ligeramente fuera de distancia máxima de tiro de los cañones argentinos (unos 4 km), para provocarlos a encender sus radares y delatar sus posiciones.
Pese a la prudencia, la tentación de prender el radar era enorme, porque bien podía ser que el Vulcan en aquel momento se acercara de más a la costa y se le pudieran sacudir unas buenas balas de 40 mm. Los gringos usaron un misil antiradar Shrike ya viejo pero efectivo, un rezago de la guerra de Vietnam, suministrado con generosidad por la US Air Force. Absurdamente, la pantalla del radar del Sky Guard, un sistema suizo, estaba montada sobre el techo del «shelter» de los operadores, un oficial de la Aviación y tres soldados marplatenses ya muy entrenados.
Un radar de detección como el RPA-170 M ahora desplegado en Tierra del Fuego es mucho más potente, puede seguir más blancos, a más distancia, no es seguro que los intrusos se den cuenta de que están siendo iluminados porque las microondas emitidas cambian a saltos de forma y además de frecuencia, y el camión con la sala de operadores puede estar lejísimos.
AgendAR no puede decir con certeza si el RPA-170 resulta adecuado también como radar de tiro, es decir capaz de guiar los tiros de armas de tubo, o más probablemente hoy, del vuelo de de misiles antiaéreos hasta su blanco. Ni INVAP ni el MinDef aclaran ese punto. Los misiles de mediano alcance, de todos modos, son un ítem en el que nuestras fuerzas armadas están particularmente desprovistas.
Respecto del RPA-170 M, dice INVAP, «su operación definida por software proporciona gran flexibilidad al sistema, permitiéndole adaptarse a diferentes requerimientos de misión en los más variados entornos de operación». Esto no hace falta traducirlo del militarés al civilés: se refiere a lo explicado en el párrafo anterior.
«En particular», termina la presentación de INVAP, «los haces especiales del RPA-170 M para baja elevación permiten un desempeño destacable en la detección de aeronaves de pequeño porte furtivas, que eluden a otros radares convencionales». En plan de traductores por patriotismo, en AgendAR decimos que todo esto es muy útil frente a un atacante que trata de saturar tus defensas con varios drones de plástico, de formas anguladas y poco reflectivos de las ondas de radar, que convergen sobre vos en enjambre, desde distintas direcciones y pegados al suelo o al mar.
Como otros radares costeros desplegados por Argentina, el RPA-170 M tiene un límite de alcance fijado por la curvatura terrestre. Aunque el alcance lineal anda por los 290 kilómetros, si el blanco viene pegado al suelo o al mar a los 60 km. desaparece bajo el horizonte, tapado por la curvatura terrestre. Esto se puede subsanar poniendo la antena en una torre, pero sólo para ganar una decena o dos de alcance, y al costo de perder el mayor encanto de este equipo, que es el de poder mudarse a cada rato y estar en lugares inesperados para los malos de la película argentina. Que son unos cuantos.
Si el objetivo de nuestros radares RPA costeros es hacer que los 600 pesqueros piratas que asolan el Mar Argentino generalmente bajo licencia expedida en Port Stanley se pongan nerviosos, los RPA no lo logran. Es raro que en sus incursiones costeras estas naves, generalmente chinas, españolas, coreanas y taiwanesas, se acerquen a 60 kilómetros de la costa.
Si hay un segundo objetivo, lograr que los pilotos militares en despegue y aterrizaje en la base malvinera británica de Mount Pleasant se sientan observados, probablemente sólo se logra cuando vuelan muy alto y sobresalen del horizonte. Y más vale para ello un equipo RPA de mayor alcance como el 200 M, de 370 km, como el par que compró el Ejército hace un mes y medio.
Es interesante que cada equipo de aquellos del Ejército costó menos de U$ 12 millones, un precio muy inferior al de la media mundial para radares militares, y que la mayor parte de los componentes se fabrica en el país, el service queda a mano y el equipo no muere prematuramente porque el proveedor dejó de fabricar una pieza crítica.
INVAP por ahora logró exportar sólo un par de radares de aeropuerto a Nigeria, pero es cierto que lleva ahorrados centenares -y probablemente miles- de millones de U$ sustituyendo importaciones y generando trabajo bien pago. En este asunto de los radares, que INVAP empezó en 2005 con las antenas de los satélites SAOCOM 1A y 1B de la CONAE, la cadena de provisión local llegó a 80 empresas y 900 personas muy calificadas en las mismas, en las universidades nacionales y en los institutos de investigación del CONICET.
Pero como es habitual en AgendAR, no estamos conformes. El país nunca tendrá una cobertura realmente difícil de evadir de ese millón de km2 de Mar Argentino que nos dejaron los ingleses en la posguerra de Malvinas. Eso no sucederá hasta que algún gobierno nacional dé curso al despliege de otros radares de INVAP conceptualmente muy distintos: los transhorizonte de microondas largas y de baja frecuencia, que no tienen en absoluto el aspecto de radares con pantalla.
Se los llama HFSWR y tienen un alcance real de 440 km. Tampoco son un invento de INVAP. En 2004, ya los tenían desplegados los australianos (proyecto SECAR), el Reino Unido (proyecto OVERSEER), y los EEUU (proyecto CODAR). Chinos y rusos también, por supuesto.
Lejos de tener antenas parabólicas o planas rotativas sobre una estructura de jeep, camión de tracción múltiple o de tanque, estas instalaciones fijas parecen más bien bosques de antenas verticales, sembrados en calles y transversales en lugares descampados pegados a la costa. Sus emisiones se pegan a la superficie del mar, y a 370 km. no hay cómo esconderse de ellos, salvo usando contramedidas. Son sistemas fijos, costeros y paradójicamente menos sofisticados que los RPA, y por ello mismo muy baratos.
El valor de un sistema costero completo, con 6 radares HFSWR presupuestado al MinDef de Agustín «El Chivo» Rossi por la entonces inexperta INVAP, allá por 2004, no superaba los U$ 10 millones, porque la base tecnológica, mal que mal, no deja de ser casi simple.
¿Lo actualizamos a U$ 16 millones, por la inflación del dólar?
En la situación actual, es lo que pierde la Argentina en 2 días de rapiña pesquera.
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Un avance importante en el plan de radarización, especialmente por los puntos ciegos en el sur, quedando tapar el noroeste Argentino.
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Confirmado entonces, que no es un radar de largo alcance.