Noticias de Brasil
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Tal cual lo decía Pisciano hace unos días, fue a la cárcel injustamente por un juicio amañado, armado por la ultraderecha militar y la oligarquía terrateniente...Un jucio armado con pruebas falsas, con testigos arreglados.... y ahora vendrá "la letra chica del contrato", seguramente Lula, no se va a ir a su casa como si no hubiera pasado nada...seguramente iniciará demandas al estado y a los responsables, por la privación ilegítima de su libertad (incluso prohibido de estar en el funeral de un familiar), prohibido de ejercer sus derechos como ciudadano... y tendrán que pagar...no solo dinero...Atenti Bolsonaro que se le viene la tormenta...Bien por Brasil
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SE DIO VUELTA LA TORTILLA
El Supremo de Brasil evalúa si el juez Moro fue imparcial al condenar a Lula en el Lava Jato
El exjuez Sergio Moro en una fotografía tomada a finales de 2018, antes de su paso por el Gobierno Bolsonaro. (CARL DE SOUZA / AFP)De la decisión de los magistrados depende el futuro judicial del expresidente y de decenas de condenados en la mayor investigación por corrupción
EL PAÍS - NAIARA GALARRAGA GORTÁZAR - São Paulo - 09 MAR 2021 -
Miles de personas seguían este martes en directo una sesión del Tribunal Supremo de Brasil en la que este órgano debatía si el juez Sergio Moro, que condenó a Lula por corrupción, fue imparcial. Uno de los cinco jueces ha pedido más tiempo para estudiar el asunto por lo que la sesión fue suspendida para ser retomada en otra fecha. Se trata de un nuevo capítulo judicial que emana del fallo de la víspera, que anuló las condenas contra el expresidente Luiz Inázio Lula da Silva y le abrió la puerta a ser candidato presidencial en 2022. Los jueces del alto tribunal están enfrascados en un pulso sobre si el escándalo de Lava Jato y Lula se ha beneficiado de una enrevesada maniobra de uno de los 11 jueces.
Los comentaristas discrepan sobre si un Lula candidato perjudica o beneficia las posibilidades de reelección de Jair Bolsonaro, cada vez más cercado por su nefasta gestión de la pandemia. Está por verse si Lula logra superar en los 19 meses que quedan hasta las elecciones el odio visceral que le profesa buena parte de los brasileños y aglutinar suficiente apoyo desde la izquierda y el centro. Algunos analistas sostienen que el rechazo al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula resurgirá con él de candidato y que eso reforzará a Bolsonaro. El regreso del izquierdista a la escena política supone sin duda un desafío descomunal para los que defienden que una candidatura desde el centro derecha hasta la izquierda es la que tiene mayores opciones de derrotar a la extrema derecha que lidera Bolsonaro.
La decisión sobre Lula —el fallo judicial con más impacto político en tiempos recientes— la tomó el juez Edson Fachin en soledad. No entró a valorar si Lula es inocente o no, sino que concluyó que Moro no tenía competencias para juzgarle. Y por eso envía los casos a un tribunal federal a Brasilia. El magistrado ni siquiera advirtió a sus pares del alto tribunal. A ellos, como al resto de brasileños, la noticia les pilló totalmente por sorpresa.
La sesión del martes fue, en cambio, pública, difundida en directo en el canal de YouTube del tribunal. Cinco magistrados del Supremo empezaron a debatir por videoconferencia desde sus hogares ante todo Brasil si el antiguo juez Sergio Moro actuó de modo parcial al juzgar y condenar al izquierdista Lula. En esa vista del Supremo están en juego el futuro político de Moro y, colateralmente, el de decenas de condenas de la Lava Jato que implicaron la poco antes inimaginable entrada en prisión de poderosos políticos y empresarios.
Teletrabajando, a sus excelencias les ocurren las mismas cosas que al pueblo llano. “Juez Lewandowski, el sonido, por favor”, le advertía el magistrado que dirige la sesión a un colega. La convocatoria a toda prisa de esa sesión también llevó al líder del PT a aplazar su primera comparecencia tras el inesperado fallo, prevista este martes. Lula dedicó el día a agradecer por teléfono y en redes a líderes izquierdistas de todo el mundo sus felicitaciones.
La mayoría de los analistas coinciden en que la decisión del juez que colocó a Lula en la carrera electoral cara a cara frente a Jair Bolsonaro es una enrevesada maniobra. Sostienen que el juez Fachin provocó una explosión controlada que beneficia a Lula en un intento de evitar males mayores a la operación Lava Jato, una trama de pagos sistemáticos de sobornos a cambio de contratos públicos. El profesor de derecho penal y abogado criminalista Fernando Hideo Lacerda lo explica por teléfono en los siguientes términos: “El juez anula en solitario la sentencia que mantuvo al mayor líder político del país casi dos años en la cárcel. ¿Por qué? Por estrategia. Busca proteger a Moro y a los fiscales de un eventual juicio sobre su suspensión (si se considera que no fue imparcial)”.
El temor de Fachin sería que, si Moro es condenado por no ser imparcial en el caso Lula, eso podría contagiar a toda su labor en el gran caso contra la corrupción que sacude Brasil, desatar una catarata de recursos y pulverizar todo lo logrado en estos años. Para complicar aún más el asunto, la principal prueba son los mensajes intercambiados en Telegram por Moro con los fiscales que obtuvo un pirata informático y entregó a The Intercept, que los publicó junto a otros medios. No está claro que sean admitidos como prueba. Pero en cualquier caso, el Supremo parece inclinado a condenar a Moro.
Lula se considera víctima de una persecución política y judicial desde hace cinco años. Su equipo de abogados denunció a Moro ante el Supremo en diciembre de 2018, en cuanto el antiguo juez aceptó entrar en el Gobierno de Bolsonaro. Mucho ha llovido en Brasil desde entonces. Lula salió de la cárcel tras 19 meses, pero inhabilitado para concurrir a unos comicios, Moro rompió con el mandatario ultraderechista y se fue del Gobierno, Bolsonaro dio la espalda a su discurso contra la corrupción y enterró Lava Jato… y apareció la pandemia, que ha matado a más de 260.0000 brasileños y ha contagiado a casi 11 millones. Y tiene toda la red hospitalaria en una situación crítica.
El 11 del Supremo y la política
Los brasileños suelen bromear con que desde que estallaron los primeros casos graves de corrupción los nombres de los 11 jueces del Supremo son tan conocidos como el 11 titular de la selección de fútbol. El alto tribunal tiene una enorme presencia en la vida política y, gracias a sus fallos y al manejo de los tiempos, también una gran influencia. El profesor Hideo Lacerda sostiene que “el sistema de justicia está actuando fraudulentamente como actor político”. Él está entre los que afirman que la anulación de los casos contra Lula llega con cinco años de retraso.
El jefe de los fiscales que investigaron al mandatario, Deltan Dallagnol, también expresó en Twitter tras el fallo su disgusto con un sistema judicial “que rediscute y redecide lo mismo decenas de veces y favorece la anulación de procesos criminales”. Para Dallagnoll y su equipo la clave es preservar el legado de la Lava Jato.
Pero las conversaciones entre el juez y los fiscales del caso sacaron a la luz la estrecha relación entre ellos e impulsaron a los que consideran que la investigación incluyó graves excesos.
Pese a que aún queda un año y siete meses para las próximas presidenciales, un duelo Lula contra Bolsonaro va tomando forma, aunque en Brasil jamás conviene descartar las sorpresas. Y esa perspectiva tiene muy nerviosos a los mercados, que ven alejarse las perspectivas de que Bolsonaro lleve a cabo las reformas para liberalizar la economía que prometió
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Ayer escuche un reportaje a Leonardo Boff, filosofo brasileño, uno de los firmantes de la carta de pedido de ayuda al mundo porque decian que Brasil se transformó en una cámara de gas a cielo abierto, denunciaron a Bolsonaro como genocida. No ha comprado vacunas, las unicas vacunas las han comprado los gobernadores de cada estado pero el gobierno federal no y se niegan a tomar medidas de prevención, responde que esas son mariconeadas. Increíble este personaje, yo decia que era el Maduro de la derecha, pero al lado de éste Maduro es un estadista porque ademas, el presidente de Venezuela, ha tenido un buen manejo de la pandemia e incluso envió ayuda a Brasil.
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VOLKSWAGEN BRASIL SE PARALIZA POR PANDEMIA
La empresa alemana adopta la medida tras el nuevo récord de casos y alta ocupación en UCI (unidad de cuidados intensivos) en el gigante sudamericano.
Volkswagen Brasil suspenderá su producción por 12 días
Volkswagen anunció el viernes (19.03.2021) la suspensión a partir del próximo miércoles y durante 12 días de la fabricación de vehículos en sus cuatro plantas en Brasil, debido a la pandemia de coronavirus, que se encuentra en su fase más aguda en el país.
"Con la agravación del número de casos de la pandemia y el aumento de la tasa de ocupación de camas en las UCI de los estados brasileños, la empresa adopta esta medida a fin de preservar la salud de sus empleados y de sus familiares", indicó la filial de la firma alemana en un comunicado. La medida se adoptó "junto a los sindicatos locales" y regirá entre el 24 de marzo y el 4 de abril, precisó.
Tres de las cuatro unidades de VW en Brasil están situadas en el estado de Sao Paulo, pulmón industrial del país, y la otra en Paraná (sur). VW Brasil cuenta con cerca de 15.000 empleados.
Este viernes el país sudamericano registró un nuevo récord de contagios con 90.570 casos, con un acumulado total de 11,8 millones desde el primer caso en febrero de 2020. De los 27 estados brasileños, 25 tienen una ocupación igual o superior al 80% en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). La tasa de ocupación de camas de UCI en Rio es de 95%, según las autoridades (Deutsche Welle).
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¿Y estos (Bolsonaro y Cia) eran lo que venían a arreglar Brasil, luego del caos que dejó lula...???
Como dicen en España...¿no te gusta la sopa?? Pues entonces 2 platos... -
El Tribunal Supremo de Brasil afirma que el exjuez Moro fue parcial al condenar a Lula
El Tribunal Supremo Federal de Brasil dictaminó que el exjuez Sérgio Moro no actuó de forma imparcial al condenar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), por lo que la primera condena que le impuso por corrupción debe anularse.
La decisión fue adoptada con tres votos favorables a considerar a Moro parcial y dos en contra, después de que la
jueza Carmen Lúcia cambiara su posición. -
Brasil rompe su récord y es el único país en el mundo con más de 3.000 muertes diarias por la covid-19
Las autoridades registran 3.251 fallecidos, sin una estrategia clara de combate contra la enfermedad
La pandemia de coronavirus se acelera en Brasil y ha entrado en su peor fase. Este martes, el país superó la marca de los 3.000 muertos para una sola jornada. En concreto, se registraron 3.251 muertes en las últimas 24 horas, lo que ha elevado a 298.676 las víctimas desde el inicio de la crisis, según datos del boletín del Ministerio de Salud. Solo Estados Unidos había superado, en diciembre del año pasado, la marca de 3.000 muertes diarias. México también alcanzó esta cifra, el 5 de febrero, pero esto se debió a que el día anterior no había contabilizado ninguna muerte.
Cuando Estados Unidos, que tiene 333 millones de habitantes, alcanzó 3.177 muertes en un día, el 9 de diciembre, representó una tasa de 9,6 muertes por millón de habitantes, según la plataforma Our World in Data. El 12 de enero, días antes de la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, sumó 4.477 muertes; la tasa subió a 13,53 muertes por millón de habitantes. Brasil, con unos 210 millones de habitantes, ha alcanzado este martes las 15,5 muertes por millón.
Las muertes del día en el Estado de São Paulo anticiparon el nuevo récord nacional. La entidad más rica de Brasil contó este martes 1.021 muertes en 24 horas, según el Gobierno de João Doria (PSDB). El récord anterior fue una semana antes, el 16 de marzo, día en que se contabilizaron 679 muertes. São Paulo tiene la red de hospitales públicos y privados más grande y prácticamente no hay vacantes para nuevos pacientes: la tasa de ocupación de camas de UCI supera el 91%. La situación es similar, o incluso más dramática, en las otras unidades federales. La semana pasada, los gobernadores dijeron que los medicamentos sedantes para la intubación de pacientes en las UCI se estaban agotando en al menos 18 Estados y que más de un centenar de ciudades ya estaban acusando falta de oxígeno envasado.
Las cifras de Brasil no colocan al país en una situación sin precedentes en el mundo, ya que otras naciones ya han pasado por períodos similares o incluso peores en la pandemia. Pero, mientras los principales afectados por el coronavirus apuestan por medidas estrictas para restringir la circulación, Brasil va en sentido contrario. El presidente Jair Bolsonaro niega la gravedad de la crisis desde sus inicios, promoviendo aglomeraciones y volviéndose contra los gobernadores que intentan endurecer las cuarentenas. Resultado: Brasil no es solo el segundo país con mayor número de muertes, solo detrás de Estados Unidos, con 543.196 muertes, sino que es el único que hoy registra más de 1.000 muertes diarias.
“No sabemos durante cuánto tiempo tendremos que enfrentar esta crisis, pero quiero tranquilizar al pueblo brasileño. Las vacunas están garantizadas”, ha dicho Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, este martes. “Estamos en un momento en que una nueva variante de coronavirus infelizmente le ha quitado la vida a muchos brasileños”, agregó el mandatario en un mensaje a la nación.
Entre los 10 países con el mayor número absoluto de muertes (Estados Unidos, Brasil, México, India, Reino Unido, Italia, Rusia, Francia, Alemania y España), Brasil también lidera la tasa diaria proporcional más alta. Considerando el promedio diario entre el 16 de marzo y el 22 de marzo, el país tiene una tasa de 10,85 muertes por millón de habitantes cada día. Está detrás de otros siete países: Hungría (20,23 muertes), República Checa (19,09), Montenegro (16,38), Bosnia y Herzegovina (15,41), Bulgaria (14,72), Eslovaquia (13, 06) y Macedonia del Norte (11,18), según Our World in Data
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Qué significa para el futuro de Lula en Brasil, el fallo del Supremo que le devolvió a la inocencia
En un fallo mayoritario, la máxima autoridad del Poder Judicial determinó que Sergio Móro había sido juez y parte al encausar, investigar y condenar a Lula en el marco de la operación Lava Jato. La libertad y la rehabilitación le llegan a quien será candidato petista en las elecciones de 2022 tras registrarse un nuevo récord de contagios y muertes por Covid-19 en Brasil.
El mocinho héroe ahora es bandido, y o bandido ahora es el héroe. Lula ha resultado inocente y Moro declarado culpable. En una decisión histórica, la máxima autoridad de la Justicia de Brasil invirtió la polarización sobre la que Jair Bolsonaro había montado su campaña para ganar las presidenciales de 2018. El sello de la garantía judicial cambió de campo. Pero no se vuelve al primer casillero: porque ahora los tribunales determinaron que el héroe septuagenario fue la víctima de la injusticia del bandido cuarentón, como los adultos mayores lo son ahora del gobierno brasileño en tiempos de Covid—19.
Los caminos de la libertad
En fallo dividido pero de nítido saldo —rico en razonamientos y razones sustantivas en el voto de la mayoría—, la segunda sala del Supremo Tribunal Federal (STF) sentenció que el ex juez federal Sérgio Moro había sido guiado por su parcialidad y por la busca excluyente de satisfacer objetivos prefijados previamente por él mismo al procesar, hacer investigar y condenar al ex presidente Luis Inázio Lula da Silva. Tres de los cinco ministros de la segunda sala concluyeron que el magistrado que había sido la figura de mayor perfil en la operación judicial anticorrupción Lava Jato había sido una de las más íntimamente corruptas. Los tres coinciden básicamente en que falta todo elemento que pudiera alegarse para desmentir esta sinopsis del juez de Curitiba: Moro había dado lugar en su jurisdicción a denuncias y abierto causas para cuyo procesamiento era incompetente y de las que no era juez natural, había sido juez y parte al guiar la investigación, había prejuzgado al reo y anticipado su sentencia al ministerio público, había violado las reglas del debido proceso y había avasallado el derecho de legítima defensa al aniquilar la "paridad de armas" entre fiscales y defensores.
Para los ministros que concluyeron la parcialidad de Moro después del examen de su proceder, los diálogos del magistrado con el Ministerio Público, conocidos por unas escuchas (o clandestinas, o bajo secreto pero clandestinamente obtenidas) difundidas por The Intercept Brasil, confirmaron —más que propiamente revelaron por su pobre contenido— un patrón de conducta. El juez Moro y el fiscal Deltan Dallagnol parecían en colusión, prejuzgando la culpabilidad del acusado. La reacción a la decisión del STF por parte del fiscal, que en su perfil de Twitter se define como "Discípulo de Jesús, Marido y padre apasionado, Tiene una Maestría en Harvard", fue la de justificar la justicia del Lava Jato por los 5 mil millones de reales que, después de las confesiones obtenidas de varios acusados de corrupción, fuero retornados a las arcas del Estado.
La edad de la razón
El Supremo Tribunal Federal no encontró válida ninguna interpretación que aprovisionara de un sentido justificativo al comportamiento del juez revelado por el estudio de los expedientes y de otros documentos. Encontraron que, en Moro, el magistrado que quería descubrir y castigar la colusión corrupta de Estado y empresas había sido sustituido por un cruzado que todo encontraba legítimo en una cruzada llamada Lava Jato que cada vez más elegía a priori a sus culpables según criterios políticos y después buscaba con qué apuntalar una condena previa. Esto, y ahí se detienen los jueces supremos, sería extrapolar, y ellos quedan del lado seguro de la frontera antes de extraer conclusiones lógicas, pero no por ello vigentes, de sus considerandos. La decisión concierne específicamente a uno de los cuatro procesos que siguió a Lula, el de un tríplex en la ciudad balnearia de Guarujá, en zona popular del litoral paulista, poco apetecido por el turismo.
El profesor de Derecho Penal y Procesal Penal en la Universidad de San Pablo (USP), y abogado criminalista, Gustavo Badaró de la USP comentó el fallo del STF y explicó así, a pedido del "Jornal Gente" de Radio Bandeirantes, cuál es el mensaje del voto mayoritario: "El magistrado debe mantenerse equidistante de las partes en un proceso. El fallo del STF no dice nada sobre la institución de la ‘delación premiada’. Aun cuando la institución fuera antigua, recibió un gran incentivo en 2013 con la ley 12850. Pero la parcialidad de Moro no está vinculada con el recurrir a delaciones premiadas para incriminar a Lula, dado que no hay delaciones premiadas en los cuatro procesos que culminaron con la condena de Lula. Aunque el fallo conocido el miércoles sólo aplica el fallo para el caso del tríplex en Guarujá, la jurisprudencia es pacífica al respecto: declarada la parcialidad del juez en un determinado juicio, esta se extiende a todos los restantes procesos que hayan involucrado al mismo acusado [los restantes tres conciernen a un terreno en la localidad paulista de Atibaia, a otro terreno comprado para la fundación suprapartidaria sin fines de lucro Instituto Lula (dedicada a la colaboración de Brasil con África y Latinoamérica), y a donaciones destinadas a este Instituto]. Así lo decidirá el plenario del STF. Pero no a todos los del Lava—Jato."
El aplazamiento
Los ministros Gilmar Mendes y Ricardo Lewandowski fueron los primeros en votar que Moro había sido, en efecto, parcial: cada uno con considerandos propios, abundantes, coincidentes en la doctrina última, aunque con diferentes énfasis y puntos de partida y de llegada. La opinión de Carmen Lúcia, la última y definitiva para consolidar la mayoría, fue conocida por todos los medios el miércoles. Más sintética, no menos contundente, Lúcia difiere en un punto procesal con el titular de la sala. Si Gilmar Mendes en su sentencia condena a Moro a pagar las costas de un proceso inválido y corrupto que resultó muy oneroso para el erario del Estado, Lúcia expresamente —dado que su fallo es posterior, conocía el de su colega— señala que no debe pagarlas el magistrado, porque esto sentaría un precedente que incitaría a los jueces procesales a la prudencia, al saber que sus errores podrían costarles literalmente demasiado caros. Según Badaró, introduce también este distintivo Lúcia: "El juez no sólo debe ser imparcial, debe parecer imparcial. El acusado tiene que sentir que está siendo juzgado por un juez imparcial, que no tiene como objetivo el perjudicarlo. El magistrado debe ser responsable de su actitud y comportamiento, que pueden afectar de manera grave el derecho de legítima defensa".
La sentencia del STF solo se ocupa de Moro, y nada dice propiamente de Lula. O casi nada. Porque al señalar que Moro intimidó al acusado y a su defensa durante el proceso, los jueces del voto mayoritario sugieren que, de no haber pesado sobre ellos estas presiones y desventajas inequitativas, su desempeño sin duda habría podido ser mejor de lo que fue. Es una señal para el público, una invitación a la reflexión: ‘No juzguen ustedes a Lula, no se formen ustedes ninguna opinión de él a partir de lo que hayan visto y oído a lo largo de este largo proceso. Juzguen, en cambio, a Moro’.
La situación de Lula
En cuanto a la situación de Lula, el cambio es cualitativo con respecto a la sentencia ‘monocrática’ del juez Edison Fachin del lunes 8 de marzo. En aquella sentencia, en respuesta a un hábeas corpus de los abogados de la defensa de Lula, se determinaba la incompetencia de Moro para procesar y condenar en Curitiba al ex presidente, como lo hizo, en el marco de Lava Jato. Era ya una incompetencia grave. No estaba fundada en el desencuentro de las jurisdicciones territoriales, en que los hechos presuntamente delictivos hubieran ocurrido en el estado de San Pablo y en que Moro fuera juez en los tribunales federales de Curitiba, estado de Paraná. Se fundaba en que el juez del Supremo no hallaba vinculación creíble alguna en el nexo, alegado por Moro para ser él y no otro magistrado federal quien llevara adelante esas causas, entre esos procesos y la operación Lava Jato. Moro se había distraído del Lava Jato y dedicado fuerzas, esfuerzos, tiempo y recursos para cuatro procesos en suma muy menores, sólo importantes porque el acusado era Lula. Tampoco esto había sido siquiera insinuado por Fachin, que se había limitado a consignar aquella inconexión para la que no hallaba justificación bastante. El fallo del STF cambió el rumbo, al dejar de lado la respuesta de Fachin, y preferir en cambio hacer lugar y dar respuesta a otra demanda de hábeas corpus diferente que también había presentado la defensa de Lula (descartada por Fachin), que denunciaba la parcialidad (y no, o no sólo, la incompetencia) del juez Moro.
Una victoria pacífica
Ya la decisión de Fachin, al anular los procesos, abría el camino a la elegibilidad política de Lula y a su candidatura por el Partido de los Trabajadores (PT) en las presidenciales de 2022. El fallo no declaraba a Lula inocente, pero le restablecía la presunta inocencia al anular procesos y por tanto condenas. La expresión ‘presunta inocencia’ se reserva para los procesados, o acusados, o aquellos que aguardan decisiones judiciales que pueden colocarlos en la situación de tener que probar esa inocencia que se les presume pero no se les da por probada. La decisión conocida el miércoles del STF permite decir sin la menor exageración que ‘Lula es inocente’.
Fachin había remitido a los tribunales de Brasilia, donde sí estarían los jueces naturales de Lula, todo lo actuado por Moro en Curitiba. De esos procesos, el juez era inválido, pero las pruebas podían ser válidas. Ya se hacían especulaciones sobre las diferentes decisiones de diferentes jueces de Brasilia, según que cayeran o no en sus manos los procesos remitidos por Fachin. La decisión del STF deja sin efecto la remisión de Fachin. Porque a partir de ahora todo lo actuado también está viciado, contaminado por la parcialidad de la actuación del juez. Y no sólo de una nulidad formal, procesal. Queda viciado en su interior: las pruebas obtenidas por un juez parcial ya nada demuestran de por sí, y su laboriosa restauración parece más ardua que la producción de nuevas pruebas (que, si probaran lo mismo que las viciadas, serían objeto de riguroso y escéptico examen por el público).
Hay otro motivo que hace que los partidarios de Lula celebren ahora con un entusiasmo más tranquilo que exasperado una victoria pacífica de la ley sobre el lawfare. En el caso de que en los juzgados de federales de Brasilia el Ministerio Público retomara de cero las causas aniquiladas, se enfrentaría con un freno para ese impulso: aquellos hechos —que Moro juzgó delitos— ocurrieron hace ya mucho tiempo y la prescripción inhibiría la formación de nuevas causas.
La muerte en el alma
En su primera conferencia de prensa tras haber sido anulados por Fachin los procesos donde había sido juzgado y sentenciado por el ahora declarado incompetente Moro, el miércoles 10 un Lula centrista había iniciado una campaña presidencial basada sobre la gestión: él apagaría la pandemia que Jair Bolsonaro atizó. Dos semanas después, el miércoles 24, Bolsonaro se ponía al frente de una campaña nacional de guerra al Covid—19 por vía de la vacunación. Si Lula había mostrado moderación calibrada, no menos calibrado fue el abandono del negacionismo de la pandemia por un presidente que ahora invitaba a vacunarse contra una peste a la que ya no degradaba a gripezinha, convocaba a la oposición y a los gobernadores estaduales a colaborar en santa unión nacional con el Estado Federal por la salvación pública, peregrinaba por los santuarios de los otros dos poderes del Estado y estrenaba nuevo y profesionalmente idóneo y respetado ministro de Salud, Marcelo Queiroga, el cuarto de su gestión.
La decisión del STF y su anuncio llegaron al público en las circunstancias y la coyuntura más anticlimáticas del siglo para la alegría brasileña. Cuando el país supera los 100 mil contagios diarios y un estudio de la Universidad Federal Fluminense (UFF) prevé un futuro demasiado próximo de 5 mil muertes cotidianas por Covid—19, cuya prolongación se podrá acortar según el acierto de la medidas que se adopten, pero cuyo advenimiento no podrá evitarse ni demorarse. La movilización de una oposición con capacidad de victoria está ahora fuera de radar para la agenda de fuerzas políticas del oficialismo, y fuera de foco para los medios de comunicación masivos en general. En aquella normalidad que hoy se sabe irrecuperable, habría sido una noticia como ninguna otra, y el PT ocuparía de nuevo ese lugar de vanguardia de la oposición que tan bien supo convertir en el espacio del cambio y aun la utopía en tiempos de la dictadura y la socialdemocracia. El solo hecho de que el STF haya sido quien frustró al lawfare en tiempos de Bolsonaro y que ni haya excusado a Moro, que sigue defendiendo su imparcialidad, ni exaltado la militancia moral del Lava Jato (hoy la sombra de una ruina ahora más arruinada), de que el juez del STF nombrado por el actual presidente, Kássio Nunes, haya votado en contra pero sin cajonear el caso indefinidamente —como estaba entre sus potestades el hacer, y como otros habían hecho antes en tiempos de Michel Temer (el vicepresidente de Dilma Rousseff y sucesor post— impeachment)—, no perjudica en nada al oficialismo.
En dos semanas, la catástrofe sanitaria había crecido en una proporción y con una velocidad mayores a las pronosticadas por un Lula erigido en líder de la oposición centrista que, sin embargo, había sido espectacularmente sombrío y apocalíptico. Más que el reclamo por vacunas, poco había podido aportar esa oposición que se empezaba a sentir con capacidad de victoria sobre el rival que había humillado al PT en 2018. El que se ofrecía como piloto de tormentas encontró una tormenta demasiado perfecta. No es el mejor momento para que Bolsonaro despliegue su antagonismo y desprecio por los jueces que devolvieron a Lula a la libertad y la inocencia. Tanto más cuando la sanción judicial de la parcialidad de Moro era esperada por los aliados de gobierno en el Congreso incriminados o de alguna manera imbricados en procesos nacidos de la operación Lava Jato, como Arthur Lira, presidente de la Cámara de Diputados, que congratuló al STF por acabar con una parcialidad "de la cual la Historia jamás absolverá [al juez corrupto]". En todo caso, la inocencia de Lula no parece amenazada por violencias en las redes o por marchas en las calles. No se ha dejado de señalar que hay otros procesos que siguen en pie contra el PT, y que eventualmente podrían implicarlo. El gesto luce un tanto abstracto. Si la baja intensidad, que promete durar, favorecerá a Lula, o todo lo contrario, es imposible decidir. Acaso lo deje mejor colocado para cumplir el destino de volverse el Joe Biden que tenga reservado el admirador de Donald Trump que gobierna Brasil.
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Crisis militar en Brasil: por primera vez en la historia renunció toda la cúpula de las Fuerzas Armadas
Tras reemplazar al ministro de Defensa, Jair Bolsonaro aceptó la renuncia de Edson Pujol, jefe del Ejército; Ilques Barbosa Junior, de la Marina; y Antonio Carlos Moretti Bermúdez, de la Fuerza Aérea
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Las autoridades sanitarias de San Pablo y otros estados de Brasil estiman que si Bolsonaro no toma pronto medidas de restricción a la circulación social para limitar los contagios es muy probable que Brasil llegue a los 400.000 muertos por Covid-19 para el mes de Mayo. Hoy hay una lista de espera de 6.500 pacientes sin cama en los hospitales de Brasil que están colapsados... Bolsonaro insiste en no tomar medidas sanitarias para no afectar la economía, pero con más de 12 millones de contagios desde hace un año que las principales industrias de Brasil vienen cortando turnos de producción por contagios en las plantas, al punto que en estos momentos hay una suspensión de dos semanas vigente en todas las terminales automotrices de Brasil acordada entre las empresas y los sindicatos para tratar de limitar contagios... la caída de la producción hace que en determinados modelos de autos la espera en las concesionarias sea de hasta cuatro meses...
Brasil se ha convertido por la negligencia de Bolsonaro en un factor de desestabilización regional que esmerila las políticas sanitarias de todos sus vecinos, y en el caso de Argentina en particular se agrava porque gran parte de las autopartistas argentinas exportan a Brasil que ahora está con una tasa de producción mínima y comenzó a reducir pedidos...
Un agravante de este cuadro es que uno de los pilares del proyecto político de Bolsonaro era el sector militar nacionalista que conformaba parte de su gobierno, pero con el que entró en crisis de entrada porque su otro gran pilar eran los militares y empresarios del sector más liberal encabezados por su ministro de Economía Paulo Guedes que para decirlo mal y pronto es como el Domingo Cavallo de ellos y que impulsa las privatizaciones de empresas estratégicas como Petrobras y Eletrobras y que parece que le copiara los discursos a nuestro Martínez de Hoz. Y a ese cisma fundacional del bolsonarismo se le suma que el ala nacionalista de los militares exigió de entrada medidas contra la pandemia (igual que el congreso, la corte suprema, la iglesia y todo Brasil) a las que Bolsonaro siempre se opone con vehemencia a pesar de como suben las cifras de muertos.
Para sumarle inestabilidad a la cosa el principal contendiente electoral de Bolsonaro para las elecciones presidenciales de Brasil en 2022 es quien hasta la llegada del coronavirus era uno de sus principales aliados, el gobernador de San Pablo Joao Doria que desde marzo del año pasado exige cuarentena y que en el laboratorio estatal de San Pablo, el Butantan, está produciendo la vacuna china sinpoharm y desarrollando una vacuna propia... Y Bolsonaro demoró en aprobarle el uso de la vacuna china hasta que logró firmar un contrato antes con otro laboratorio para no concederle a un posible rival electoral la medalla de quien aplicaba las primeras vacunas... y aunque es es probable que Lula sea el candidato con mayor intención de votos el que más preocupa a Bolsonaro es Doria porque podría dividirse con él los votos de derecha y facilitarle la cosa al PT.
Y ahí entra el último cachetazo que se comió en estos días Bolsonaro con la decisión de la Corte Suprema de Brasil de anular la condena contra Lula que emitió el ex juez (Y ex ministro de Justicia de Bolsonaro) Sergio Moro por "animosa" después que se filtraran los chats entre el juez y el fiscal para hacer un juicio que quedó más coreografiado que pelea de titanes en el ring.
Bolsonaro ya convirtió a Brasil en un problema regional, ahora está a un suspiro de además convertirlo en un problema ingobernable...