Conflicto de Afganistán
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Muchachos arrenglense nos vemos, adios. Que lindoestar en los zapatos de los gobernantes afganos.
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Olvidate...Tranzaron Irán por Afganistán con los rusos...
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Se tuvieron que ir los rusos y también los norteamericanos, alguna similitud con Vietnam, los fraceses fueron derrotados y se metieron los norteamericanos y tambien fueron derrotados.
Se la pasaron 20 años destruyendo el país, pero, cuando en peliculas norteamericanas aparecen héroes de Vietnam no hay mencion al desastre que hicieron y a los dos millones de muertos civiles vietnamitas. -
Las fotos posteriores a la guerra de Vietnam, mas algunos documentos desclasificados, nos muestran los horrores y el encarnizamiento con poblados y aldeas enteros, como en el caso del poblado de My Lai, donde soldados norteamericanos masacraron o ejecutaron a sangre fria, literalmente, a todos los civiles desarmados en ese pequeño pueblo, al mejor estilo (o aún peor) que lo que hizo el ISIS en Siria o en Irak...Y habrá muchos otros que nunca salgan a la luz...
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20201117/5970222/crimen-castigo-matanza-my-lai.html
Como suele ocurrir con los EE.UU. , suelen quedar sin castigo y con total impunidad, por la presión que ellos ejercen en el mundo...Lo inmoral es que lo que ellos practican, luego van por el mundo de jueces y moralistas de la libertad y sancionan a otros países por casos similares (o que ellos se inventan), comno ocurre con el caso Venezuela y otros tantos casos mas... -
Afganistán: ganar las batallas y perder la guerra
Estados Unidos abandona el país centroasiático sin saber si ha logrado cumplir los objetivos de su conflicto más largo
EL PAÍS - GUILLERMO ALTARES - Madrid - 16 ABR 2021
Estados Unidos ha anunciado su intención de retirarse de Afganistán sin saber si ha ganado o perdido su conflicto más largo, que se ha prolongado durante casi 20 años, más tiempo que la suma de la primera y la segunda guerras mundiales y la intervención en Vietnam. “La guerra interminable”, como ha sido bautizada, finalizará antes del 20º aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para las tropas internacionales todavía desplegadas allí –casi 10.000 bajo el paraguas de la OTAN, unas 2.500 de ellas estadounidenses–, pero no para Afganistán, que se hunde en un periodo de incertidumbre.
El ex primer ministro sueco y mediador internacional Carl Bildt expresó así el problema en un artículo publicado poco antes del anuncio de retirada estadounidense: “En un discurso pronunciado el 14 de febrero con motivo del 32º aniversario de la retirada de la Unión Soviética, el presidente [afgano], Ashraf Ghani, hizo una importante distinción. La guerra civil que devastó Afganistán no fue causada por la salida de las tropas soviéticas, sino por la incapacidad de formular un plan viable para el futuro de Afganistán. Ahora que Estados Unidos se plantea su salida del país, debería tener en cuenta esta lección”.
Los militares que pasaron por Afganistán, ampliamente entrevistados por la prensa estadounidense, se van con la sensación de que dejan un país al borde del precipicio y sin tener claro si, tras 20 años de intervención y miles de millones invertidos, ha mejorado el tejido institucional afgano, si su Ejército será capaz de mantener la seguridad y tampoco si su población volverá a sufrir una tiranía como la de los talibanes. La coalición liderada por Estados Unidos “no ha perdido ninguna batalla, pero ha perdido la guerra”, explica Félix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano.
“Los talibanes no han podido con las tropas internacionales”, prosigue Arteaga “y la finalidad antiterrorista ha tenido éxito, pero la comunidad internacional ha fracasado en el objetivo de construir un Estado. En realidad, el objetivo final de la intervención nunca estuvo totalmente claro”. Este investigador hace referencia a cómo fueron cambiando los motivos del despliegue, desde la expulsión de Al Qaeda tras el 11-S hasta la construcción de un Estado lo suficientemente sólido como para que no vuelva a convertirse en una base para el terrorismo internacional y para permitir a los afganos (y sobre todo a las afganas) vivir en paz. Y eso, ahora mismo, parece cada vez más lejano. Según los últimos datos de la ONU, los civiles muertos y heridos durante el primer trimestre de 2021 aumentaron un 29% con respecto al mismo periodo de 2020: 1.783 víctimas civiles (573 muertos y 1.210 heridos), más de seis muertos cada día.
David Petraeus, el general estadounidense que dirigió la mayor ofensiva de todo el conflicto, con el despliegue de 100.000 soldados estadounidenses en el llamado surge de 2010, se ha mostrado en público especialmente pesimista. “Comprendo muy bien las frustraciones que han llevado a tomar esta decisión”, señaló el miércoles Petraeus en una conferencia recogida por la revista especializada Defense One. “Nadie quiere ver el final de una guerra más que aquellos que han luchado en ella. Pero creo que debemos tener mucho cuidado con nuestra retórica, porque poner fin a la participación de Estados Unidos en una guerra interminable no pone fin a la guerra interminable. Solo termina nuestra participación. Y me temo que esta guerra va a empeorar”.
El temor es que la historia se repita. Afganistán lleva en guerra desde 1979, cuando las tropas de una tambaleante Unión Soviética invadieron el país para proteger a un régimen comunista títere. Diez años después, como había ocurrido un siglo antes con las tropas británicas, la URSS se convirtió en el segundo imperio derrotado por los muyahidines afganos, que contaron con la ayuda, militar y económica, de Estados Unidos.
Con la salida de Moscú comenzó una guerra civil salvaje, durante la que los señores de la guerra, en muchos casos los mismos que mantienen hoy el control sobre sus respectivos territorios, destruyeron el país. Gran parte de Kabul, por ejemplo, quedó reducida a escombros. Los talibanes, una milicia islámica radical, lograron el control de casi todo el país en 1996 porque fueron capaces de imponer el orden. Lo malo es que su orden se basa en una interpretación brutal del islam, que condenó a las mujeres y niñas al terror, el sometimiento y la ignorancia. Además, Afganistán se convirtió en puerto seguro para el grupo terrorista Al Qaeda, que Osama Bin Laden utilizó para planificar y ejecutar el 11-S.
Tras los atentados contra Washington y Nueva York, el presidente George W. Bush consideró el ataque un acto de guerra y lanzó una ofensiva contra los talibanes. En noviembre de 2001, con apenas un puñado de fuerzas especiales sobre el terreno, pero con un amplio apoyo aéreo, fueron cayendo todas las ciudades del norte de Afganistán casi sin apenas combatir, menos en Kunduz, un bastión pastún, la etnia afgana a la que pertenecen la mayoría de los talibanes. Ciudades como Taloqán o incluso Kabul fueron abandonadas sin apenas lucha.
Los talibanes se replegaron a las zonas pastunes y abandonaron ciudades de mayoría tayika, hazara o uzbeca, las otras etnias del país. Y comenzaron una larga guerra de guerrillas: hoy los optimistas consideran que controlan el 50% del país y los pesimistas el 70%. Desplazarse por carretera, incluso moverse por Kabul, resulta cada vez más peligroso. Los talibanes han lanzado además una campaña de terror contra mujeres, intelectuales y líderes sociales. Muchos temen que se trate de la primera fase de su nueva ofensiva de primavera.
Ocurra lo que ocurra en los próximos meses, Afganistán seguirá ocupando el mismo lugar crucial y estratégico que ha marcado su historia desde los tiempos de Alejandro Magno, que mandaba sobre el único imperio que logró invadir al país, aunque después de haber pactado con las tribus locales. “Es importante recordar que Afganistán forma parte de Asia central”, explica el historiador de la universidad de Houston (Texas) Frank Lee Holt, autor de un gran libro sobre Alejandro en Afganistán, Into the land of bones. “El término ‘central’ es muy significativo porque esta región es central en la geopolítica del mundo. Los occidentales suelen confundir Afganistán con una zona periférica; pero está en el corazón de la gran masa terrestre euroasiática. Lo que ocurre allí repercute en casi todo el mundo”.
https://elpais.com/internacional/2021-04-16/afganistan-ganar-las-batallas-y-perder-la-guerra.html
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Aunque EEUU se vaya o se quede, los talibanes controlarán Afganistán
Dado el incesante crecimiento de los talibanes, debatir la retirada de Estados Unidos de Afganistán es cada vez más irrelevante y perjudicial.
Cuando la administración Trump anunció en 2020 que comenzaría una retirada total de las tropas de Afganistán, muchos se apresuraron a concluir que, después de casi dos décadas, Estados Unidos estaba, en efecto, admitiendo la derrota en su guerra más larga, capitulando ante un grupo insurgente.
Ciertamente, varios indicadores apuntaban en esa dirección. La firma del acuerdo con los talibanes no solo sirvió como una admisión sobria de que, a pesar de años de lucha, los talibanes permanecían invictos.
Más importante aún, cuando Estados Unidos obligó al gobierno afgano a negociar con el grupo, Washington reconoció efectivamente que, de una forma u otra, el grupo insurgente no podía ser excluido de la configuración del futuro del país. Darse cuenta de que el camino hacia la estabilidad pasa por compartir el poder con un enemigo puede ser algo ilustrado, pero los costos humanos y financieros de la campaña de veinte años difícilmente la convierten en un motivo de celebración ni en Washington ni en Kabul.Sin embargo, no se puede decir lo mismo de los talibanes. Henry Kissinger señaló que un insurgente gana "si no pierde". Esto significa que todo lo que tiene que hacer una insurgencia es quedarse quieta, resistir y esperar hasta que su adversario pierda la voluntad de seguir adelante. Con la salida de Estados Unidos en las cartas, entonces, no está fuera de lugar argumentar que los talibanes han emergido con ventaja tras la prolongada guerra civil. De hecho, algunos llegan a argumentar que el grupo ha conseguido exactamente lo que quería: en el momento en que la última de las botas estadounidenses deje el suelo, habrá pocas cosas que impidan a los talibanes recuperar el país, un objetivo por el que ha luchado. desde que fue depuesto en 2001.
Comprender por qué sucede esto requiere ir más allá de la afirmación de Kissinger sobre no perder. Sin duda, la idea tiene sus méritos y sus innumerables apariciones en artículos académicos confirman su continua relevancia. Sin embargo, ofrece solo una comprensión muy limitada de cómo las insurgencias logran realmente la victoria. Sobrevivir al adversario es, sin duda, una condición previa crucial, pero no es suficiente.
Toda la nota: https://nationalinterest.org/blog/skeptics/whether-america-stays-or-goes-taliban-will-control-afghanistan-182165
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Los talibanes lanzan una ofensiva simultánea en varias provincias de Afganistán
La milicia trata de capitalizar el efecto psicológico del inicio de la retirada de las tropas de EE UU
EL PAÍS - ÁNGELES ESPINOSA - Dubái - 05 MAY 2021 -
Responsables locales han admitido este miércoles que los talibanes han tomado un distrito de la provincia de Baghlan, en el norte de Afganistán. De consolidar sus posiciones, sería el primero que conquistan desde el 1 de mayo, cuando Estados Unidos y la OTAN iniciaron la retirada formal de sus tropas. Los insurgentes están tratando de capitalizar el efecto psicológico de ese paso con una ofensiva simultánea en distintas provincias afganas. Por ahora, las fuerzas de seguridad han repelido la mayoría de los ataques, aunque existen dudas sobre su capacidad a largo plazo sin la ayuda de los soldados extranjeros.
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, anunció en Twitter que sus combatientes habían capturado la sede administrativa de Barka, el cuartel de la policía y varios puestos de control durante la noche del martes. Un portavoz de la policía provincial, Jawid Basharat, citado por la cadena ToloTV, confirmó los enfrentamientos, pero aseguró que “las fuerzas de seguridad han hecho una retirada táctica y preparan un contraataque”.
Además de esa remota comarca del noreste de Baghlan, los talibanes llevan dos días intentando hacerse con Baghlan-e-Markazi, más próxima a la capital provincial, Puli Khumri. Desde el pasado fin de semana, la milicia ha lanzado operaciones similares en otras siete provincias afganas, incluidas Ghazni (en el sureste) y Kandahar y Helmand (en el sur). Algunos observadores hablan de una “gran ofensiva”, en especial tras el intento, el lunes, de romper las defensas de Lashkar Gah, la capital de Helmand, a partir de varios frentes. De la intensidad de esos combates se ha hecho eco Médicos Sin Fronteras, cuyo hospital en esa ciudad ha atendido a 53 heridos de bala y metralla desde el martes.
No está claro si se trata de una ofensiva coordinada. Los insurgentes, que a pesar del acuerdo firmado con Estados Unidos el año pasado han seguido atacando a las fuerzas de seguridad afganas, aprovechan cada primavera el deshielo en las montañas del norte del país y el final de la primera cosecha en el sur para tratar de avanzar sus posiciones. Este año la coincidencia con el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN hace temer que vayan un paso más allá. Conquistar una capital provincial les daría sin duda un triunfo propagandístico de primera magnitud.
“Los combates se han intensificado en los últimos días en Helmand, Ghazni, Kandahar, Farah y anoche en Baghlan”, admite Ali Yawar Adili del centro de investigación y análisis político Afghan Analysts Network (AAN) en conversación telefónica desde Kabul. No obstante, este analista recuerda que tanto Lashkar Gah como la propia Kandahar ya fueron objeto de un gran ataque el pasado otoño que requirió el apoyo aéreo norteamericano. “Es algo periódico”, apunta.
También ahora aviones estadounidenses han respaldado la contraofensiva en Helmand. La duda es qué pasará en el momento en que esa ayuda ya no esté disponible. “De momento, las fuerzas de seguridad afganas han conseguido frenarles”, subraya Adili sin ocultar que le preocupa que estas logren mantener su cohesión frente la milicia.
Aunque Estados Unidos no se ha retirado para el 1 de mayo como la Administración de Trump pactó con los talibanes, ese día empezó el repliegue de sus 2.500 soldados (y el de los 7.000 de la OTAN). El objetivo fijado por el presidente Joe Biden es que todas sus tropas estén fuera para el 11 de septiembre, 20º aniversario de los atentados de Al Qaeda contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Pero, según ToloTV, Washington y los insurgentes están negociando la posibilidad de que la salida se complete para principios de julio.
En un artículo publicado esta semana en la revista estadounidense Foreign Affairs, el presidente afgano, Ashraf Ghani, escribe que el Gobierno y las fuerzas de seguridad están “totalmente preparados para defender a [la] población tras la salida de las tropas norteamericanas”. Ghani dice que la decisión de Estados Unidos ha obligado a los talibanes a elegir si “quieren ser interlocutores [políticos] creíbles” o si “fomentarán más caos y violencia”. Pocos afganos dudan de que van a intentar ganar territorio. En lo que hay alguna discrepancia es en si lograrán hacerse con el poder por la vía militar.
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Las tropas de Estados Unidos abandonan Bagram, su mayor base en Afganistán
La salida de la base aérea, a unos 70 km al norte de Kabul, pone fin a la presencia militar estadounidense en el aeródromo más importante del país, que se ha prolongado durante más de 20 años.
Los talibanes "saludan y apoyan" la evacuación estadounidense de Bagram
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No pudieron los británicos, ni los rusos ni la OTAN dominar Afganistán. El Reino Unido sufrió la terrible derrota de Gandamak
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@bnd dijo en Conflicto de Afganistán:
No pudieron los británicos, ni los rusos ni la OTAN pudieron Afganistán. El Reino Unido sufrió la terrible derrota de Gandamak
Pueblos valientes si los hay junto al Libanés y el Indochino...
Bancaron la parada de las potencias efímeras de la segunda mitad del siglo XX que por este camino no llegarán a 100 años en la historia de la humanidad....
En la historia futura será el pueblo más estudiado por la característica única en el siglo XX en proporción años de conflictos /"Naciones" ( por llamarlas de alguna manera) que quisieron y no pudieron hacerlas colonia por la fuerza...
Y con suerte ninguna de ellas será potencia en el momento del análisis ( si Dios es justo)...
Periodistas, historiadores y aduladores de mentiras como Bin Laden y el 11/09 quedarán en evidencia y las generaciones futuras se avergüenzarán....Como sucede actualmente con Hitler, Persas, Romanos, Reyes, Colonizadores, etc....
La historia no miente...se repite y ajusticia...