El diario del lunes nos muestra que el derrumbe de IMPSA luego de sus glorias pasadas se debió en principio a nuevo Directorio privado que no supo honrar sus ancestros, provocando su debacle como empresa eficiente y la intervención, por motivos principalmente populistas y de falsa defensa a la industria nacional, de la política por intermedio de políticos que con plata ajena - la de todos nosotros - incorporaron al Tesoro Nacional para seguir mal administrando, donde tengo la absoluta seguridad que muchos de ellos se deben haber enriquecido con operaciones de dudosa- diría clara- aptitud como respuesta seria y comercial a las necesidades operativas. Malversación de fondos que fueron hundiendo cada vez más una empresa que otrora fuera exitosa. Esto lo hemos vivido en numerosas intervenciones del Estado que sirven solo para enriquecer a algunos deshonestos.
Una fusión de incompetentes privados que iniciaron el proceso decadente con la lógica de incompetentes políticos que terminaron sepultando la empresa.
Hoy veo a la posibilidad de privatización al estilo del gobierno del Presidente Menem: el Tesoro Nacional - nuestra plata - se hace cargo de pagar todo el pasivo (más de quinientos millones de dólares estadounidenses), despide al personal sobrante por haber sido incorporados simplemente por cuestiones políticas haciéndose cargo del pago de las indemnizaciones y le entrega al interesado inversor una empresa herida y con una estructura de procesos seguramente llena de vicios, pero limpita de pasivo para que este privado se haga cargo del Activo (porque pasivo ya no tiene). Negocio redondo para el privado que se queda con un activo gratis y que si sus intenciones son buenas y tiene capacidad de gestión, sacará adelante la empresa, quizás fabricando pendorchos pero sin perder plata. Que ganó el gobierno argentino ? puso quinientos millones pero dejó de perder plata.
De cualquier manera, gran parte de los acreedores de esos quinientos millones es el propio Estado nacional, provincial y municipal, entidades bancarias públicas, el Fisco y algo más que se me puede pasar, de manera tal que lo único que hará es pasar a pérdida o quebranto ese activo que supuestamente tenían cada uno de los entes nacionales.
Cuando el articulista se refiere a "...y también hay otros caminos legales que podrían eximirla -al menos por un tiempo- de poner esos montos..." está hablando claramente de presentar a la empresa ante la Justicia solicitando su propio Concurso Preventivo de Acreedores que sería a mi criterio la real solución a este tema, porque incluso permitiría transferir las acciones de capital a un inversor privado "real" - antes o después de la Asamblea de Acreedores que como tiene que hacerse cargo del resultado del proceso judicial, su inversión es real (por eso lo digo) lo que demuestra verdadero interés en la empresa por sus posibilidad futuras.
Regalar a un privado nacional o extranjero el activo de la empresa dejando el pasivo a cargo delos sufridos ciudadanos argentinos, creo que es una soberana estupidez, transferencia que por otro lado no garantiza la continuidad de los objetivos estratégicos que tiene esta estructura industrial.