Desarrollo nacional de la CYT
-
Con este proyecto llevaríamos nuestro crecimiento anual a un 0.06% como el de Malasia? O calcule cualquier cosa?
-
@marioc no me quedo del todo claro cuanto será el crecimiento, pero creo que sí
-
Si el gobierno invierte el 3% del PBI en politicas de genero y el 0,28%, no esperemos que nos vaya mucho mejro que con Macri
-
Debo confesar que luego de ese comentario me confirma que caí en el error de sobrestimar tu capacidad de intercambio con cierto grado de honestidad intelectual, luego de esa chicanas berreta, no mas que decir.
-
En el presupuesto de politicas de genero se incluyo la AUH, jubilaciones, tarjeta alimentar y demas ayudas sociales por eso es ese porcentaje
-
@marioc que enorme paciencia la suya, gracias.
-
El Gobierno busca incorporar mil científicos a organismos nacionales
05 Agosto 2021 - 22:50
Cafiero y Salvarezza anunciarán un plan que incorporará mil científicos a organismos dependientes del Gobierno nacional.El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, junto al ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, anunciarán este viernes un plan que incorporará 1.000 científicos a los organismos dependientes del Gobierno nacional.
El plan, que se presentará a las 17:00 en el Centro Cultural Kirchner, también contempla un programa de 100 becas cofinanciadas con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
La actividad también contará con la participación de la secretaria de Gestión y Empleo Público, Ana Castellani, el secretario de Articulación Científico Tecnológica, Juan Pablo Paz, y el precandidato a Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires del Frente de Todos, Leandro Santoro.
"El Plan de Fortalecimiento de los recursos humanos del sistema científico tecnológico, busca ampliar y mejorar las condiciones de las comunidad científica", señaló la Jefatura de Gabinete en un comunicado.
Además, el Gobierno indicó que "la apertura de los concursos para sumar 1.000 científicos y científicas al sistema también contempla la actualización del análisis de dotación, la elaboración de planes de mejora en carrera y política salarial y la recategorización de personal científico tecnológico en cada uno de los organismos".
Dentro de los 16 organismos relevados, que tienen dependencia directa de la Administración Pública Nacional, se encuentran: el CONICET, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), entre otros.
-
El desafío de la industria tecnológica argentina: crecer del prototipo a la producción en serie
27 septiembre 2021, 05:50En la Argentina, es frecuente encontrar prototipos de dispositivos tecnológicos muy innovadores que no llegan al mercado.
En los países más desarrollados, las empresas suelen tener acceso a herramientas financieras para llevar a cabo al escalado de proyectos en instancias tempranas, generalmente traccionados por inversores de riesgo y créditos con tasa muy baja. En los países denominados periféricos. el financiamiento para dar el salto del prototipado a la escala industrial suele ser estatal, y no abunda. Así, la conexión entre uno y otro eslabón de la cadena es un problema de difícil solución.Para poder cubrir esa brecha, los ministerios de Ciencia y Tecnología y el de Desarrollo Productivo crearon la convocatoria de proyectos estratégicos de base científica y tecnológica.
Cae dentro del Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores, que financiará a empresas industriales de áreas estratégicas para que escalen a la producción en serie los prototipos de base científico-tecnológica, que puede incluir la compra de maquinaria y la obtención de certificaciones.
El programa cuenta con un financiamiento de 250 millones de pesos en Aportes No Reembolsables (ARN), 30 millones en concepto de bonificación del 10% de la tasa de interés en un crédito bancario del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y servicios de asistencia técnica, tanto del INTI como de otros organismos de ciencia y tecnología.
Erica Carrizo, Directora Nacional de Proyectos Estratégicos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, explica que “el programa financia a empresas industriales que presenten proyectos de base científica y tecnológica, con visión industrial y una búsqueda de escalar su producción. Obviamente, tienen que tener antecedentes científicos y tecnológicos en estas empresas para poder adaptarse a la convocatoria. Esperamos que se presenten prototipos ya desarrollados que incorporen tecnología y que estén en la última etapa, que tengan resuelta la I+D para producir en serie”.
Las empresas que pueden presentarse a esta convocatoria deberán estar insertas en las cadenas de valor de las siguientes áreas, que fueron definidas por el Ministerio de Desarrollo Productivo: salud, alimentos, minería e hidrocarburos, transporte ferroviario y naval, movilidad sustentable, aeroespacial, tecnología verde, defensa y seguridad, industria 4.0, y agua y saneamiento.
Erica Carrizo, Directora Nacional de Proyectos Estratégicos del MinCyt
“HAY MUCHOS PROYECTOS QUE LOGRAN RESULTADOS A NIVEL PROTOTIPO Y DESPUÉS QUEDAN BOYANDO…»Julián Hecker, director Nacional de Compre Argentino y del Programa de Desarrollo de Proveedores del Ministerio de Desarrollo Productivo, señala que “son sectores que tienen la oportunidad de dar un salto, tienen alto valor agregado y pueden alcanzar un estándar internacional de producción”. Están excluidas de la convocatoria las empresas que se dediquen a la fundición de hierro, acero y otros metales no ferrosos, ya que para ellas habrá otras herramientas de financiación.
“Al ser la primera vez que vamos a aplicar este esquema de gestión se trata de una prueba piloto de la que esperamos relevar y sistematizar los aprendizajes necesarios para después replicarlos de una forma más sencilla”, dice Hecker.
En el mismo sentido, Carrizo menciona “Muchas veces el Ministerio de Ciencia tiene una especificidad muy marcada y se ocupa solo de I+D, pero hay muchos proyectos que logran resultados a nivel prototipo y después quedan boyando, por eso fuimos a buscar a Producción para trabajar en ese espacio vacío, para que ese potencial no quede sin acompañamiento en ese eslabón con el que trabajan más ellos. Producción tiene mucho contacto con empresas industriales o que generan servicios para empresas y se focalizan en esto, como en proyecto ya prearmados que tienen que incorporar maquinaria o hacer certificaciones o ensayos para instalar la producción. Por ahí pasa el foco del programa”.
Las empresas que quieran presentar proyectos para ser financiados por el programa deberán consultar las bases y condiciones (cliquea aquí) para determinar si cumplen con los requisitos e inscribirse en la Red de Proveedores, si no lo hubieran hecho en una oportunidad anterior.
Según Carrizo, “es el primer emergente de un trabajo conjunto que iniciamos en el año 2020 entre la Dirección Nacional de Proyectos Estratégicos del MINCYT y la Dirección Nacional de Compre Argentino y el Ministerio de Desarrollo Productivo”. El programa se creó con el objetivo de aumentar el grado de integración de componentes en cadenas de valor estratégicas, sustituir importaciones de alto valor agregado, producir más bienes de capital –especialmente los vinculados con la industria 4.0–, promover la creación de empleos de alta calidad, el diseño de tecnología y, en última instancia, mejorar la calidad de los proveedores de la Administración Pública Nacional.
Observación de AgendAR:
Esta nota de Matías Alonso apunta a un problema clave de la tecnología y la industria argentina desde hace mucho tiempo. Y no surge solamente de la falta de instrumentos de financiamiento, de inversores de riesgo,…Hay algo cultural también: a muchos argentinos nos resulta fácil concebir, o enamorarnos, de ideas brillantes y proyectos audaces. Nos cuesta más emprender la tarea, más rutinaria y más engorrosa, de sentar las bases para la producción en gran escala. Que es la etapa decisiva, desde la Revolución Industrial en adelante.
Por eso elegimos para ilustrar esta nota el icónico Pulqui II. Argentina fabricó hace 7 décadas un avión caza como muy pocos otros países podían producir un aparato equivalente en ese tiempo. Pero no se alcanzó a producirlo en serie, y quedó sólo como un ejemplo de las capacidades argentinas. (ver aquí «Tanta diversidad mata»)
Por supuesto, el Pulqui, y la legendaria Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), fueron víctimas de la inestabilidad política argentina, de la ausencia de una clase dirigente comprometida con un proyecto de nación. Más tarde, en los ´70, pasó lo mismo con la prometedora industria electrónica argentina (ver aquí).
Que el Estado asuma una iniciativa -aunque sea con los modestos recursos disponibles- para encauzar a la industria privada en la dirección correcta, nos parece una magnífica noticia.
-
Un desarrollo de un equipo de investigación del CONICET permite la desalinización del agua de mar para consumo humano
El equipamiento trabaja con hidrógeno verde en un circuito que no produce impacto ambiental.
Imagen: gentileza investigadores/ as
Motivados por la problemática de escasez de agua potable en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz, un equipo de investigación bajo el liderazgo de Adrian Brunini, científico del CONICET en la Unidad Académica Caleta Olivia (UACO, Universidad Nacional de la Patagonia Austral), logró desarrollar un calentador de agua de mar para la obtención de agua potable. El equipo, que no genera consecuencias ambientales nocivas, podría funcionar, además, con hidrógeno verde.“Tratamos de buscar una solución, algo que tuviese impacto en la comunidad”, explica Brunini sobre las motivaciones del desarrollo. Y continúa: “Comenzamos a trabajar en una tecnología que reproduce el ciclo del agua. Es una energía térmica, eficiente y que no requiere grandes avances tecnológicos para funcionar en una planta desalinizadora”.
El equipo de investigación construyó una planta piloto desalinizadora que funciona con la quema de hidrógeno, por lo tanto no afecta al medioambiente: “El hidrogeno sólo produce vapor de agua y eso es importante porque no genera ningún gas de efecto invernadero”, argumenta el investigador.
La tecnología imita el ciclo natural del agua. “Se calienta el agua de mar y se la pone en contacto con aire seco, al hacer eso inmediatamente el aire seco se humedece”, explica Brunini. El aire absorbe la humedad del agua, “la cuestión es que sólo absorbe el agua, no la sal”, agrega. El siguiente paso será condesar la humedad del aire para recuperar el recurso que se encontraba, hasta ese momento, en forma de vapor.
El investigador advierte que el equipo tiene un diseño termodinámico especial que permite recuperar la mayor parte de energía utilizada. Además, para Brunini, si a este proceso se le sumara la producción de hidrógeno por medio de energías limpias, como paneles solares o molinos eólicos, sería posible hablar de un circuito doblemente noble.
Hacia el futuro, la intención es continuar mejorando el rendimiento en aspectos como la presión y la incorporación de nuevos prototipos que puedan contribuir a la mejora de la tecnología. Para Brunini, el desarrollo tecnológico es indispensable para afianzar la soberanía como país: “Tenemos que desarrollar la tecnología necesaria no solo para producir el hidrógeno, sino también para utilizarlo”, finaliza.
“Nos alejamos cada vez más de la frontera tecnológica y cada vez somos más pobres”)
11 diciembre 2020, 05:50
e87c71a1-35e8-4ccf-85f4-915d10f8e0b8-image.png
En la cámara de Diputados está próximo de ser aprobado un proyecto que busca garantizar un aumento progresivo del presupuesto asignado a ciencia y tecnología. Propone que para el año 2032 la inversión estatal en el sector alcance el 1% del PBI.
Se espera que no haya dificultades para la media sanción de la Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. La normativa deriva de la unificación de dos proyectos presentados por el oficialismo y la oposición. El proyecto parte desde una inversión estatal del 0.28% del PBI en el 2021 y establece aumentos sucesivos anuales para alcanzar la meta del 1% en 2032.
Sobre esto opina Fernando Stefani, investigador del CONICET y vicedirector del Centro de Investigaciones de Bionanotecnología. Stefani sostiene que en Argentina todavía “tenemos que comprender cuál es el rol de la tecnología y el rol de la ciencia en la economía” y que, si bien el aumento de la inversión estatal en ciencia y tecnología es algo positivo, resulta fundamental que se generen incentivos a la inversión privada en Investigación y Desarrollo (I+D).
-¿Qué % del PBI invierten los países desarrollados en ciencia y tecnología y cuál es tu mirada respecto a los objetivos de esta ley?
-Muchas veces nos comparamos con países desarrollados y obviamente las métricas de Argentina dan mal. Más importante que analizar dónde están parados los países desarrollados es analizar cuáles fueron sus trayectorias a lo largo del tiempo para desarrollarse. Lo que nosotros tenemos que hacer es establecer un camino de crecimiento económico sostenido en el tiempo. Cuando vemos qué hacen los países desarrollados, vemos que invierten cada vez más en I+D. Cuando digo cada vez más, hago referencia a fracciones de su economía, no solo más dinero, sino un porcentaje mayor de sus PBI. La razón por lo que lo hacen no es una cuestión cultural o la mera posibilidad, lo hacen para mantener sus niveles de bienestar.
Esto se puede medir. Una manera de medirlo es ver qué velocidad aumentan esta inversión expresada como fracción del PBI. Si uno mira los países desarrollados, eso es casi a un nivel constante de un 0,03% del PBI por año. Es un número muy chiquito, pero constante. Argentina al igual que otros países rezagados también invertimos más, tenemos idas y venidas, en el gobierno anterior fuimos para atrás, en el último gobierno justicialista fuimos para arriba, pero en promedio, si uno toma una serie histórica más larga, nos da que aumentamos a un 0.01%, tres veces más lento que los países desarrollados. Nuestras capacidades científicas y tecnológicas aumentan 3 veces más lentas. Nos alejamos cada vez más de la frontera tecnológica, nos alejamos de mejorar nuestra competitividad y cada vez somos más pobres.
Acá en Argentina la ciencia y la tecnología son temas desligados de la economía y la producción. Se considera la ciencia más como un tema cultural y a la tecnología como algo que se compra cuando uno la necesita y en general se la compra en el extranjero. Ese es el cambio de paradigma que tenemos que hacer. Tenemos que comprender que la ciencia y la tecnología tienen un rol vital en la economía. No existe ninguna estrategia de crecimiento económico sostenido en el tiempo que no tenga en su corazón a la ciencia y la tecnología.
¿Cómo entra esta ley en este panorama? Esta ley legisla sobre la inversión pública. Todos los números que dije recién se refieren a la inversión total de los países, la pública y la privada. En los países industrializados, aproximadamente el 70% de la inversión es privada y el restante es en el sector público. En Argentina esto se invierte. Tenemos una inversión total muy baja, que aumenta demasiado lentamente y es aproximadamente un 70% pública y un 30% privada. ¿Cómo pasamos de una situación a la otra? ¿Cómo hacemos que la inversión privada crezca más que la pública? Antes aclaremos que no es importante que sea privada porque sí, es porque la inversión privada te marca las innovaciones que se hacen en el sector productivo, las que verdaderamente van a impactar en la economía.
Esta ley plantea un incremento programado y a un ritmo mucho mejor que el que está haciendo Argentina, pero de la inversión pública. Es un avance muy positivo, pero tiene que complementarse con otra serie de políticas para incentivar la inversión privada en I+D.
-¿Cuál es la diferencia entre una innovación y un invento?
Muchas veces se confunde innovación con invento. Un invento lo puede hacer cualquiera. A vos o a mí se nos puede ocurrir una idea que, al menos hasta donde sabemos nosotros, no se no se le ocurrió a nadie. Eso es un invento. Una innovación es transformar una nueva idea o concepto en tecnología incorporada en un producto o servicio disponible para la sociedad. Y si se trata de un producto o servicio comercial, que esté comercializado a escala. Eso es mucho más complejo. Hacer innovación en serio es una tarea muy competitiva y compleja. Se requiere de capacidades específicas que no son ni las de un científico ni las de un empresario. Un científico y un empresario pueden hacer innovación, pero no es su rol natural. El rol de un científico no es innovar, es producir conocimiento y el de un empresario tampoco es innovar, sino producir y comercializar productos y servicios de un modo rentable. La innovación es justamente lo que une a estos dos mundos.
En Argentina hacen falta políticas e instituciones públicas de innovación mucho más fuertes que las que tenemos, mucho más competitivas internacionalmente que las que tenemos. Hacer innovación en serio es una tarea muy competitiva y compleja. En el mundo desarrollado la innovación se produce a través de instituciones muy profesionalizadas porque esto requiere habilidades y conocimientos muy específicos.
En Argentina no arrancamos de cero. Tenemos el INTI, el INTA, el INIDEP, por mencionar algunas instituciones importantes, pero que deben fortalecerse y modernizarse. Por caso, el INTI y el INTA fueron creadas en la década del 50 y han sido instituciones muy maltratadas a lo largo del tiempo. Hoy no tienen el poderío que deberían tener para poder ser competitivas en innovación internacionalmente. Tienen que ser fortalecidas enormemente, puede ser que sea necesario reestructurarlas para especializarlas por sector. El CONICET también fue creado en la década del 50, pero la manera de hacer producción científica no cambió tanto desde esa época, desde la época de Galileo que no cambió tanto. El método científico es el mismo. Cambia la tecnología, las maneras, pero no la esencia. En cambio, la innovación en el mundo ha cambiado enormemente desde la posguerra.
-¿Qué tipo de políticas se tendrían que aplicar para que el sector privado empiece a invertir más en I+D?
Nos faltan incentivos a la inversión privada. Las empresas argentinas, al igual que cualquier empresa del mundo, necesitan apoyo institucional para invertir en I+D, apoyo en términos de regulaciones, rentabilidad e incentivos. Todos los países desarrollados tienen un menú muy amplio de incentivos a inversiones productivas y de I+D. Eso es dinero que tiene que destinar el estado para fomentar la inversión en I+D. Muchas veces se argumenta que no hay dinero, pero cuando uno hace las cuentas y ve a qué tasa aumenta la inversión en I+D China, por tomar un ejemplo, vemos que desde hace 40 años China aumenta su inversión en I+D a un ritmo de 0.08% por año. O Malasia va al 0.06%. Si hacés la cuenta, el PBI argentino promedio del 2011 al 2019 da más o menos 550 mil millones de dólares. El 0.08% de esos 550 mil millones te da 440 millones de dólares. No es un número exorbitante. La fuga de capitales en nuestro país, es decir riqueza que se genera en Argentina pero que no es reinvertida en Argentina porque no se encuentran buenas oportunidades, viene siendo de miles de millones de dólares al año. Este es un problema constante que se incrementó enormemente durante el anterior gobierno. Por ejemplo, pasamos de unos 8.500 millones de USD en 2015 a un promedio 25.000 millones por año en el período 2017-2019. Si vos pusieras instrumentos que atraigan tan solo entre un 2 y 5% de ese capital para inversiones productivas con I+D, tendrías todo lo necesario para alcanzar metas de inversión en I+D competitivas. Hay que generar las condiciones para que esa riqueza en vez de irse se reinvierta acá en actividades productivas y de innovación, no en actividades financieras que no nos dejan nada. El problema de alcanzar una inversión en I+D competitiva internacionalmente no es uno de recursos económicos, es de política, hacen falta políticas y regulaciones para que se puedan dar de una manera positiva.
-Diste el ejemplo chino como un caso de un proceso de desarrollo iniciado en un país que no estaba en la frontera del conocimiento. Es una experiencia iniciada en el siglo XX. ¿En el mundo actual se puede iniciar una trayectoria similar viviendo en un mundo diferente?
Sí y no. Es un mundo diferente, donde las tecnologías y el conocimiento se mueven de una manera más rápida, pero manejar tecnología tiene tres partes: el hardware, el software y el brainware. El hardware son los aparatos e instrumentos, software son los procedimientos, códigos e instrucciones para usar esos equipamientos y por último, está el brainware, el saber hacer. Se necesitan las tres cosas, el hardware se puede mandar por correo, barco o avión, el software se puede mandar por una comunicación electrónica, pero el brainware no se puede transportar tan fácil. Eso está adentro de las personas. Trasladar eso de un país a otro no es sencillo. Requiere mover gente de un lugar al otro, capacitar, aprender, mandar al extranjero y que vuelvan. Hay que tener cuidado en decir que todo circula tan fácilmente porque no es tan así. Respecto a países que hayan iniciado procesos de desarrollo más recientes está Malasia. En el siglo XXI Malasia fabricaba baratijas, pero hace unos años que está en un claro proceso de desarrollo y en muy pocos años, sino cambiamos nuestra estrategia, la vamos a mirar para arriba.
![alt text](![image url](image url))bolded text